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  • Foto del escritorRoger Valls Martínez

¿Por qué los loros son tan miedosos?

El miedo o rechazo a los nuevos estímulos es un fenómeno común entre las psitácidas que viven en condiciones de cautividad, especialmente en aquellas que viven como animales de compañía. Pero, ¿es normal? Y, en caso de serlo, ¿es deseable? Veámoslo.



¿Qué es la neofobia?


Las respuestas de miedo o rechazo ante nuevos estímulos y situaciones hacen que la mayoría de las personas que tienen loros a su cargo pierdan la paciencia o el interés en intentar mejorar la vida de estos, o asumen que, si las aves lo rechazan, es porque en realidad no lo necesitan o, simplemente, “no les gusta”. Pero, ¿por qué se produce en realidad este rechazo hacia lo nuevo? ¿Acaso conocer los motivos puede ayudarnos a combatirlo?



En mi experiencia, el loro gris africano (Psittacus erithacus) es una de las especies de psitácida en que la neofobia se manifiesta con mayor intensidad en su etapa adulta. - Fotografía propia.


Empecemos por el principio: la tendencia al rechazo frente a estímulos desconocidos o novedosos recibe el nombre de “neofobia”, y no es algo exclusivo de los loros, pues se reproduce en un amplio abanico de especies animales, incluido el ser humano. Un loro menos neófobo o, lo que es lo mismo, un loro con un menor grado de neofobia, mostrará una mayor tendencia a explorar materiales, objetos, alimentos y, en definitiva, estímulos, que le son desconocidos, de lo que lo haría un loro más neófobo. Sin embargo, lejos de tratarse de una respuesta anormal o fruto de un desorden psicológico del animal, la neofobia es una tendencia que, hasta cierto punto, puede considerarse natural y adaptativa para los loros que viven en estado silvestre.



Mecanismo adaptativo o desadaptativo en función de las circunstancias


La neofobia es un mecanismo de origen evolutivo que facilita la supervivencia a las psitácidas en sus hábitats naturales, pues les permite evitar riesgos que puedan ponerles en peligro innecesariamente. Se sabe, por ejemplo, que los loros tienden a evitar, siempre que les sea posible, el consumo de alimentos desconocidos que pudieran resultarles tóxicos y, en caso de ingerirlos, lo hacen en pequeñas cantidades, por lo menos al principio. También evitan otros animales, objetos, o incluso sonidos extraños, para prevenir ser depredados o ponerse en riesgo de cualquier otra forma.



Los comportamientos derivados de la neofobia suelen ser adaptativos para los animales que viven en libertad, pudiendo librarles de más de un disgusto. - Fotografía de Noelia Sánchez.


En cautividad, por el contrario, los peligros a los que un loro está expuesto son mínimos (o al menos así debería ser), por lo tanto, la neofobia no desencadena comportamientos y reacciones que les resulten útiles. Al contrario, cuando en cautividad un loro reacciona con miedo ante los nuevos estímulos, se está privando de una de las escasas y más valiosas herramientas que los cuidadores tenemos para mejorar su calidad de vida, como es la provisión de un entorno dinámico y estimulante. Un entorno que les ofrezca la posibilidad de explorar, con el que puedan interactuar y, en definitiva, un entorno que les otorgue libertad en la medida de lo posible.



La novedad en loros jóvenes


Hay que destacar, no obstante, que este mecanismo no se manifiesta de igual forma en todas las etapas de la vida de un loro. Al contrario de lo que sucede con los loros adultos, los loros jóvenes tienden a ser neófilos, es decir, muestran un gran interés por lo nuevo y aprenden a una velocidad pasmosa, explorando ávidamente e interactuando con absolutamente todo lo que les rodea.


Esto se debe a la enorme necesidad de aprendizaje inherente a las etapas más tempranas de la vida de estos animales: cuando son jóvenes, es el momento en que necesitan aprender y adquirir todo el conocimiento y habilidades posibles para desenvolverse de forma óptima en la adultez. De pequeños, igual que los humanos, son como esponjas, ya que su desarrollo es clave para su desempeño futuro.



Una buenísima herramienta para evitar el desarrollo de la neofobia es el enriquecimiento ambiental. En la foto, vemos a Pepi disfrutando de una generosa bandeja de forrajeo. - Fotografía de Noelia Sánchez.


Por ello, es durante estas etapas cuando los cuidadores tenemos la capacidad de moldear más fácilmente el carácter del animal en este sentido. Está comprobado que el dinamismo ambiental al que expongamos a un loro, tanto durante su crianza como en el periodo inmediatamente posterior a la emancipación, es un factor determinante en el grado de neofobia que previsiblemente manifestará cuando sea adulto. Si su entorno es muy cambiante e interacciona a menudo con una gran diversidad de estímulos, su tendencia a rechazar la novedad será sensiblemente menor en el futuro.



Ya sean animales de compañía, animales rescatados o de zoológico, o animales para reintroducir, nuestra actuación como cuidadores va a jugar un papel muy relevante en el destino de cualquiera de ellos. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que lo que hacemos en nuestra actividad sea aquello que con mayor probabilidad reporte los mejores resultados en el cumplimiento de los objetivos que pretende. Por eso, es fundamental implementar prácticas de cuidado y crianza basadas en el conocimiento científico cuando tratamos con animales salvajes. En una entrada próxima analizaré algunos métodos efectivos para revertir esta tendencia en loros adultos, para que esta no me quede tan larga.


Si quieres más información como esta o si tienes cualquier observación al respecto del tema de esta entrada, no dudes en dejármelo en los comentarios. ¡Nos leemos en la próxima!


Roger Valls Martínez



 


PD. 1: Ten en cuenta que el contenido de esta entrada, salvo en pequeños detalles, aplica en gran medida a muchas otras especies animales, no solamente a psitácidas, aunque es más común verlo en ellas porque son de los animales silvestres más comúnmente tenidos como mascota.


PD. 2: Pronto escribiré otro post proponiendo algunas prácticas para conseguir revertir la tendencia neófoba en loros ya adultos.

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